Diosas Ibéricas. Ataecina. Una de las divinidades ibéricas más importantes, adorada por los lusitanos y vettones, con numerosas inscripciones y aras votivas en el norte de Extremadura. Ataecina es la diosa madre arquetipo de la primavera, la naturaleza y la fertilidad, diosa de la vida y de la muerte, culto primitivo asimilado por el Imperio Romano en la figura de Proserpina y más tarde prohibido por el Cristianismo.
Ataecina, diosa mítica en el panteísmo naturalista, cuando los templos eran espacios naturales consagrados a los dioses, un claro de un bosque, una montaña, los ríos y los árboles, santuarios a cielo abierto donde los vettones y otros pueblos depositaban sus ofrendas en honor de “Ataecina Dea Sancta»
En los cultos primitivos de los pueblos ibéricos, la mujer constituye una figura primordial en el panteón mitológico politeísta, representada a menudo como una dama sentada en un trono y lujosamente ataviada.
Durante el Imperio Romano el culto de Ataecina se identificó con Proserpina y se introdujo en Augusta Emérita, donde se localizan varias dedicatorias importantes a la diosa con numerosas inscripciones «Ataecina turobrigensis Proserpina» y un santuario identificado a la diosa en Santa Lucía del Trampal de construcción visigótica.
El teónimo de Ataecina proviene etimológicamente del celtíbero Ate-gena «renacido» una diosa muy venerada entre el pueblo vettón y lusitano mediante el culto de devotio o peticiones de curación muy frecuentes.
Modelo: María Talaván Dirección artística: Jana Vázquez Fotografía: Simón Planes